25 febrero, 2013

Una preciosa historia de amor

En los años 70, Marina Abramovic, la artista yugoslava mantuvo una intensa historia de amor con el también artista alemán occidental Uwe Laysiepe, conocido como Ulay.


Se conocieron en 1976 y entre muchas cosas que tenían en común, estaba el hecho de que compartían el mismo día de cumpleaños, aunque con edades distintas. Esta mezcla alquímica se expresó en una serie de performances que realizaron desde entonces; entre las que se recuerdan: “Relación en Espacio” (1976), ”Relación en Movimiento”, “Breathing in/ Breathing out”: ambos artistas compartirían el aire de los pulmones a través de la boca hasta llegar el punto de perder literalmente el aliento y por último, y después de casi 10 años de relación odio-amorosa-artística, deciden separarse en un último gran acto ceremonial yendo hasta la Gran Muralla China, cada uno partiendo desde un extremo, Ulay desde el Desierto Gobi, Marina desde el Mar Amarillo, y tras caminar 2.500 kilómetros, encontrarse en el medio, para estrecharse las manos y decirse adiós.


23 años después, en 2010, cuando Marina ya era una artista consagrada, el MoMa de Nueva York dedicó una retrospectiva a su obra. Dentro de la misma, Marina compartía un minuto en silencio con cada extraño que se sentaba frente a ella. Ulay llegó sin que ella lo supiera, y esto fue lo que pasó.

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18 febrero, 2013

Asunto raro

Adrian Sommeling

Viendo a la gente andar, ponerse el traje
el vestido, la piel y la sonrisa
comer sobre los platos dulcemente
afanarse, correr, sufrir, dolerse
todo por un poquito de pan y de alegría,
viendo a la gente, digo, no hay derecho
a castigarle el hueso y la esperanza,
a ensuciarle los cantos, a oscurecerle el día,
viendo, sí,
cómo la gente llora en los rincones
más oscuros del alma y sin embargo
sabe reír y andar derecho,
viendo a la gente, bueno, viéndola
tener hijos y esperar y siempre
creer que van a mejorar las cosas
y viéndola pelear por sus riñones,
digo gente,
qué hermoso andar contigo
a descubrir la fuente de lo nuevo,
a arrancar la felicidad,
a traer el futuro sobre el lomo, hablar
familiarmente con el tiempo y saber
que acabaremos y de una buena vez por ser dichosos,
qué hermoso, digo gente, qué misterio
vivir tan castigado
y cantar y reír
¡qué asunto raro!

Juan Gelman



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17 febrero, 2013

Honestidad

El otro día, caminando por la calle, vi a un hombre sentado en la acera, como tantos otros, cada día más, viviendo una vida llena de carencias, necesidades, y excluida de todos los derechos, incluídos todos los inherentes al ser humano.


No es que esto me llamara la atención especialmente. Por desgracia nos vamos acostumbrando a estas estampas cotidianas, que han convertido la calle en la vivienda de tantos seres humanos, que un mal día tuvieron la mala suerte de perderlo todo y verse desterrados de sus vidas por la avaricia y la insolidaridad de aquellos que más tienen y que nunca están los suficientemente satisfechos.

Lo que de verdad me llamó la atención, fue que el hombre en cuestión llamara la atención a otro, que caminaba por la acera y al que le hizo notar que se le acababa de caer la cartera a su lado. El segundo hombre, se giró, recogió la cartera del suelo y con un gesto sorprendido e inesperado continuó su camino después de darle las gracias al hombre de la acera. Unos segundos después, me volví y vi que el hombre también se había vuelto sobre sus pasos y se acercaba a aquel que, con tanta honestidad, le había advertido de su despiste.

No pude escuchar la conversación entre ambos, pero pude imaginar la gratitud del segundo hombre, su agradable sorpresa, el desprendimiento inmediato de -quizás-algunos de sus prejuicios y, yendo un poco más lejos, la amistad que, desde ese momento podría surgir entre los dos.

Continué mi camino dándole vueltas a lo que acababa de ver, mientras pensaba en la deshonistedad  en la que vivimos hoy en día y me pareció que me mientras muchos de los seres honestos, desinteresados y de buen corazón ocupaban las aceras, muchos otros deshonestos, sinvergüenzas y maleantes sin escrúpulos, se sentaban en buenos sillones en despachos de lujo.



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13 febrero, 2013

Aniversario


Hoy, L. hubiera cumplido 53 años.

"Llegó un día a mi vida como si bajara de las nubes, con el sol y la lluvia como único equipaje. Y consiguió que la estación de la amistad verdadera, fuera la más bella de todas las estaciones. Tenía la dulzura de los más bellos paisajes y la fidelidad de las aves de paso, en su corazón una increíble ternura, incluso cuando en sus ojos se deslizaba una sombra de tristeza..."
Felicidades, amiga mía.

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12 febrero, 2013

Pecar por exceso



Leo la novela "Intemperie", claro.

¡Cómo no leerla, después de las críticas que la preceden, de las grandiosas presentaciones, del bombardeo por radio, televisión y prensa escrita, acerca de sus bondades y su impacto en toda Europa!
La leo también porque está escrita por un paisano, un hombre todavía joven, nuevo en estas lides noveleras y novelísticas y porque me gusta la cubierta cuando la veo en los escaparates de las librerías (qué frivolidad...).
La leo procurando no creerme todo lo que he oído, mantener a raya mis expectativas, no dejarme influenciar por la desmesura de las críticas ni por su comparaciones -en la faja de la cubierta incluída-  con Delibes o Cormac McCarthy.
No ha sido fácil, liberarse de tanto ruido, de tantas opiniones, de tantas alabanzas, pero al final lo he conseguido. 
He hecho mi propia lectura en la que, por cierto, yo no he encontrado ni a Delibes ni a McCarthy. Tampoco he sido capaz de encontrar los motivos de tantas pasiones ni de tantas alabanzas y esto me ha hecho dudar de mi capacidad para sorprenderme o maravillarme con una nueva novela hasta el punto de llegar a considerarla una obra maestra.

Intemperie, es la historia de un niño que huye de su pueblo por alguna razón, que podemos intuir pero desconocemos. En su camino-huida, el niño se encontrará con un cabrero que lo acompañará y ayudará en la medida de sus posibilidades. 
El paisaje se convierte en un protagonista más de la historia, paisaje del que Carrasco hace una exhaustiva descripción, a veces tan exhaustiva, minuciosa y excesiva que llega a resultarte cansina y pesada.
La trama mantiene cierta tensión narrativa, pero hay muchos momentos que, a pesar de que parece se resolverán al final del libro, se quedan en el camino, dejándonos algunos interrogantes abiertos y sin respuesta.
El vocabulario parece, al menos a mí me lo parece, un diccionario de términos agrarios perdidos en la memoria de algún lugar del territorio español.(Confieso que he tenido que consultar el diccionario en más de una ocasión).
La prosa es exagerada hasta límites agotadores: abusa de descripciones, de términos, de yuxtaposiciones. Se hace tan engolada y artificial que acabas no creyéndote nada de lo que cuenta o, en el mejor de los casos, acabas saltándote algunos de los numerosos inventarios con los que se regodea de forma innecesaria y banal.

No quiero decir con todo esto que Carrasco no escriba bien. Sí que lo hace, y hay muchos momentos en el libro impregnados de belleza y poesía. 
Hay también momentos duros y buenos, hay sentimiento y verdad, pero la forma narrativa es tan excesiva que sientes como si te cargasen con un pesado fardo que arrastras por las páginas, buscando un respiro, hasta llegar al final.
Cuando he cerrado el libro, he tenido que abrir una ventana y respirar el aire a bocanadas.

El tema musical de esta entrada, no podía ser otro que "Intemperie" de Luis Eduardo Aute.



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07 febrero, 2013

Destierro

Hengki Koentjoro

No es preciso partir para sentirse
un desterrado, un extranjero. Basta
con apartarse un poco de los otros,
con no participar de sus costumbres, 
con ejercer sin más de solitario
por mucho que te arrastre esa marea
de pequeñas o grandes multitudes.

Siguiendo a Erri de Luca, 
la vida para alguien puede ser
exilio sin viaje en un lugar.

Ir por libre, sin club o cofradía, 
acarrea un destierro inevitable.
Como el de un perseguido. No lo dudes, 
sin salir de este sitio en el que vives
solo eres la sombra de un extraño.

Álvaro Valverde. "Plasencias". Ed. de la luna libros.2013



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Otra vez siete

Dios creó el mundo en siete días, y siete son los días de la semana.
Siete también los Planetas mayores que influyen sobre la Tierra, siete los colores del Arco Iris.
Tenemos siete notas musicales y siete Maravillas del mundo, siete Principios Herméticos y siete son las famosas Partidas de Alfonso X el Sabio.
Siete los velos de la Danza Sagrada.
Las virtudes cardinales son siete y también siete los pecados capitales.
Siete plexos vitales y siete vértebras hay en nuestro cuerpo.
Siete los Santos Sacramentos y las edades del hombre (y la mujer).
Siete las Artes, siete los Mares, siete las colinas de Roma.
Hubo una guerra que duró 7 años y otra siete días, siete Infantes de Lara, siete vacas flacas y siete también gordas
Los enanitos de Blancanieves, los cabritillos, las hijas del ogro, las botas de siete leguas.
Los siete Magníficos, los siete Samurais y los siete sabios de Grecia.
Siete son los Arcángeles y los dones del Espíritu Santo.
Siete vidas tiene un gato.

Siete años escribiendo en este blog, siete meses sin hacerlo, para regresar un siete de febrero. A las 7:07 de la tarde. Lo juro, no ha sido premeditado.

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