24 mayo, 2007

Hechos de Nubes


Cuando Pablo Guerrero cantaba en el Olympia de París, yo llevaba un uniforme de pata de gallo y los calcetines de lana hasta la rodilla.

Luego, cantó en Badajoz, en un concierto maravilloso, creo que con Luis Pastor y algunos otros cantautores extremeños, en el parque de Castelar, justo antes de las primeras elecciones de la democracia española.

Entonces yo no podía aún votar, y envidiaba a todos/as aquellos/as que iban a estrenar las urnas nuevecitas. Envidiaba su pasión, su emoción, su compromiso, sus ilusiones, sus esperanzas.

Estas fechas me traen, con tristeza, aquellos otros tiempos.

Desde el autobús, camino del trabajo (como Amanda, en la canción de Víctor Jara), miro los rostros que nos reclaman, colgados de las farolas, las sonrisas de sus bocas -no de sus ojos-, las tópicas palabras en grandes caracteres, los eslóganes -tan lejanos-

Los miro unos segundos y retiro la mirada.

No les creo, no me gustan sus miradas, ni las cosas que me cuentan. No me gustan sus gritos prepotentes, sus promesas qué, ahora ya sé, olvidarán pronto, ni sus peinados, nis sus caras retocadas con el photoshop.

El otro día escuché un mitin de Alfonso Guerra. Fué un discurso como los de antes. La filosofía en la política, la política filosófica, el placer de la retórica.

Lo viví como si leyera un tratado de utopía, como si se hubiera abierto de repente el viejo cofre de los tesoros de un barco hundido en alta mar.

Recuperé el placer de la voz perfumada, de las palabras bellas, de la ironía en su grado justo, del humor inteligente, de...

Quería hoy hablar del disco "Hechos de nubes", el homenaje que un montón de gente, de amigos del cantautor, le han hecho a sus más bellas canciones.

Oyendo las letras de los viejos temas del cantautor de Esparragosa de Lares, sentí algo parecido a lo que viví el otro día escuchando a Alfonso Guerra.

Estamos hechos de nubes, nos dice Pablo.

Y yo pienso que a veces, estas nubes, son blancas y algodonosas, otras son nubes rosas o azules, a veces son sólo pinceladas blancas en un cielo inmenso y, en estos días, amenazadoras nubes, negras nubes... demasiado borrascosas.

Protegida con el paraguas del descreimiento político, me abandono a la lluvia -fructífera y embriagadora- de este disco hecho de sueños.

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17 mayo, 2007

Felipe Benítez Reyes


Para mí, Benítez Reyes sigue siendo el poeta al que descubrí un verano caluroso en una finca de Badajoz.
Aquel que me tranquilizó en aquella época de desasosiego y confusión, en la que no tenía nada, absolutamente claro en mi vida:

Bien sabes que estos años pasarán,que todo acabará en literatura:
la imagen de las noches, la leyenda
de la triunfante juventud y las ciudades
vividas como cuerpos.
Que estos años
pasarán ya lo sabes, pues son tuyos
como una posesión de nieve y niebla,como es del mar la bruma o es del aire
el color de la tarde fugitivo (...)

Benítez Reyes sigue siendo, para mi, aquel poeta que me causó también el desasosiego de lo desconocido, el vértigo del vacío, la atracción del abismo.

Todas nuestras maletas
reflejan la ordenación desvanecida
de un viaje
que siempre ha sucedido en el pasado.
Y las abrimos
con la perplejidad de quien se encuentra
una maleta absurda
en esa soledad de centinela
que parecen tener las playas en invierno

Las tardes del calurosísimo verano, se reducían a la sombra de una parra con sus "Vidas improbables" entre las manos.
Copiaba versos en una pequeña libreta azul, en la que también escribía los míos (tan malos).

Se mecía
el toldo sobre el patio
como un jirón de niebla. Se mecía
el caballo —qué roto— de cartón
en el cuarto de juego.

Fue un verano extraño. Mi padre enfermo, mi madre dedicada a él, algunos primos, y mi hijo -tan pequeño-con un casco rojo todo el día, imaginando ser motorista.
Tuve mucho tiempo.
Para leer, para pasear, por las noches, bajo el canto de los grillos, para mirar y pensar...

Hay algo de inexacto en los recuerdos:
una línea difusa que es de sombra,
de error favorecido.

El jueves pasado, me reencontré con Felipe. Esta vez fue un encuentro personal. Fuí su anfitriona durante su estancia en Salamanca para dar una charla en la Feria del Libro.
Firmó libros (casi todos y creo que a pesar suyo, de poesía)
Tomamos café en una terraza de la Plaza Mayor
Dió su charla sobre "Mercado de espejismos", su Premio Nadal de este año
Compartió un rato y una cerveza con la gente del club de lectura
Cenamos carrilladas y pastel de chocolate

Lo que el tiempo se lleve
que sea tanto
como aquello que el tiempo nos dio,
regalo inmerecido,
dejando la memoria en la inocencia
de la vida cumplida, porque nada
hiere más y más hondo que el recuerdo:
mientras dure una noche en la memoria,
esa noche es la Noche
y esa intensa memoria la Memoria.

Hablamos de muchas cosas.
Nos contó algunas anécdotas divertidas, como la vivida al lado de Eduardo Mendicutti en Puerto Rico.
Es de Cádiz, pero no lo parece (no sé por qué).
A veces su mirada se pierde en el horizonte y luego regresa cercano, amable, humano.
No le hablé de quellos recuerdos

Nunca la posesión está cumplida.
Errático el deseo, el pensamiento.
Todo lo que se tiene es una niebla
y las vidas ajenas son la vida.
Nuestros tesoros son tesoros falsos.
Y somos los ladrones de tesoros

Pero cuando lo miraba, cuando compartía con él aquel vino, que él apenas probó, regresé por unos instantes a aquel verano de calor y noches estrelladas, a la ternura de mi madre, al dolor de mi padre, al casco rojo de mi hijo -tan pequeño-, a la sombra de aquella parra.
Regresé como si nunca me hubiera marchado, como si continuara siendo la misma, como si todo estuviera lleno de esperanzas, de desasosiego, de confusión, de misterio.
Durante ese corto espacio, esos pequeños instantes fui la que entonces era.



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14 mayo, 2007

De nuevo Peri Rossi


ÚLTIMA ENTREVISTA

La última entrevista fue triste.
Yo esperaba una decisión imposible:
que me siguieras a una ciudad extraña
donde sólo se había perdido un submarino alemán
y tú esperabas que no te lo propusiera.
Con el vértigo de los suicidas
te dije: « Ven conmigo» sabiéndolo imposible
y tú -sabiéndolo imposible- respondiste:
«Nada se me perdió allí» y diste la conversación
por concluida. Me puse de pie
como quien cierra un libro
aunque sabía -lo supe siempre-
que ahora empezaba otro capítulo.
Iba a soñar contigo -en una ciudad extraña-,
donde sólo un viejo submarino alemán
se perdió.
Iba a escribirte cartas que no te enviaría
y tú, ibas a esperar mi regreso
-Penélope infiel- con ambigüedad,
sabiendo que mis cortos regresos
no serían definitivos. No soy Ulises. No conocí
Itaca. Todo lo que he perdido

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05 mayo, 2007

Irresponsabilidad

No se puede ser más irresponsable, mas necio, más cruel con todos/as aquellos que, han perdido su vida en las carreteras en España, con sus familiares, con el dolor que queda para siempre, de una pérdida absurda.


No tengo palabras para calificar estas declaraciones. Sólo espero que el tiempo y el destino las juzguen...

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03 mayo, 2007

Jornadas de animación a la Lectura


Leer como una mariposa, escribir como una abeja

es el título de estas 3ªs jornadas, imprescindibles, para todos/as aquellos que trabajamos en el ámbito de la lectura.
Bernardo Atxaga, Jesús Marchamalo, Mario Merlino, Isidro Ferrer, Miguel Calatayud,Daniel Casado, Agustín García Calvo... y muchas más sorpresas, bajo la batuta de Federico Martín Nebras, nos acompañarán durante 3 días: 1, 2 y 3 de junio en el bosque de Riocantos (al ladito de Arenas de San Pedro- Ávila)
Las jornadas de animación a la lectura más mágicas y sugerentes de España
La inscripción son 50 euros. Ver la web de la Asociación
Por ahora sólo está el cartel que ha hecho Luis Horna y en muy muy breve, todo el programa.


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