27 enero, 2010

Una buena noticia, Quincy Jones y Herbie Hancock

Elías Moro ya tiene su cuaderno de bitácoras. Se ha hecho esperar pero, seguro, que merece la pena. Por lo que hoy he visto en él ya sé que será uno de los blogs que visitaré con frecuencia.
Os dejo la dirección y un pequeño texto que le he "robado".

A la intemperie

Los días pasan por nuestra vida dejándonos a la intemperie.
http://www.eljuegodelataba.blogspot.com/


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26 enero, 2010

Nostalgia del mar y Bobby Darin

Del mar, nostalgia de las largas y cálidas tardes frente a él.


De las puestas de sol encendidas, de los plateados amaneceres, de la senhora Rosa y las bolas de Berlín azucaradas, de los banquitos de madera y el clavo sobre la arena.

Nostalgia de los gelados de Tchipepa en aquella terraza sobre los tejados de Cascais, de la Loja das Meias de Lisboa y sus escaparates de invierno en pleno agosto.

Del tren eléctrico de la costa, del Estoril-Sol, del olor a sardinas -en las brasas- por las calles, de los toldos de rayas y el senhor Antonio.

Nostalgia de un mar lleno de algas como cabezas de monstruos marinos, de la "pesca" en las rocas con marea baja, de las guitarras sobre el malecón.

De la espuma y de las olas, de las risas y los abrazos, de las confidencias en voz baja, de los juegos en los que nos iba la vida.

Del mar...

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22 enero, 2010

Tardes de paseo y Caetano Veloso

Sé que aún no es primavera, es más que falta mucho para que llegue, y más en estas tierras que casi son norte, frías y austeras como las piedras de las que están hechas sus calles.
Y sin embargo los paseos, estas últimas tardes, se han llenado de olores primaverales, de cielos azules teñidos a ramalazos blancos y rosas. Las puestas de sol sobre el río son más tardías y cálidas, se escuchan los pájaros en un alborozado ir y venir sobre los árboles de plazas y parques y las cigüeñas sobrevuelan las torres con su vuelo pausado y elegante.

Sé que aún queda invierno por delante, y más en esta ciudad en la que la primavera es tardía y corta. En la que se pasa del frío al calor sin la esperanza de un tiempo cálido que dibuje flores y brotes.
Y sin embargo estos días parece como si todo pudiera ser, como si todo fuera posible y la imaginación parece sacudirse las telarañas invernales y se predispone a inventar un nuevo tiempo ajeno al calendario.
(Fotografía: "Pequeña historia de un árbol al sol " Jesús Gáchez)

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21 enero, 2010

Memoria y Dizzy Gillespie

SENTIDO DE SU AUSENCIA

si yo me atrevo
a mirar y a decir
es por su sombra
unida tan suave
a mi nombre
allá lejos
en la lluvia
en mi memoria
por su rostro
que ardiendo en mi poema
dispersa hermosamente
un perfume
a amado rostro desaparecido

A. Pizarnik

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19 enero, 2010

Pero hoy...


Vuelvo a ver en pantalla grande Bienvenido Mr. Marshall, la excelente película de Berlanga que, cada vez que la veo (con intervalos largos de tiempo), mejora más y más.

Divertida -el cine entero riendo a carcajadas- pero también amarga, irónica, tierna, onírica, excelentemente planteada, con un magnífico trabajo de actores- inolvidable Pepe Isbert y Manolo Morán-
Llena de escenas maravillosas -la del tractor que cae del cielo y que se aleja por el camino con el paracaídas desplegado, es inolvidable.

He disfrutado cada diálogo, cada escena. He disfrutado con la voz de Fernán-Gómez narrando la película como si fuera un cuento y con la de Lolita Sevilla en el papel de la tonadillera Carmen Vargas. He disfrutado con cada preparativo de la "gran" visita, con la escenografía andaluza que montan para el evento, con el discurso del alcalde desde el balcón del Ayuntamiento repitiendo una y otra vez: "Como alcalde vuestro que soy os debo una explicación, y esa explicación os la voy a dar porque os la debo"

Y cada vez me asombra más como pudo sobrevivir a la censura de la época, como logró, bajo ese aspecto de comedia, engañar a los censores una película tan crítica, tan ácida con los poderes fácticos, y la situación política y social de aquellos años (1952).

Una historia triste que, sólo maestros como Berlanga, consiguen convertir en una divertidísima comedia.

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17 enero, 2010

Abrazos rotos

Después de obtener el Premio de la Crítica de Estados Unidos, veo, por segunda vez, Los abrazos rotos -la última película de Pedro Almodóvar, buscando qué es lo que hace que la película haya tenido tal éxito en los EE.UU y haya estado nominada para premios europeos y españoles.
Y sigo sin encontrarlo.

Sigo sin creerme nada. Ni el argumento: lleno de altibajos, ni la interpretación del elenco de actores: fría e insustancial (salvando ciertos momentos de Blanca Portillo y la pequeñísima, divertida y genial aparición de Carmen Machi).
La película me sigue pareciendo larguísima, aburrida, increíble, fría e, incluso a veces, lamentable. Una despliegue de géneros: drama, suspense, comedia, acción que me hacen pensar que se quiere hacer de todo para no hacer nada.

No queda nada en ella de ese genio que fue Almodóvar y que tanto prometía hace años. Por el contrario tengo la sensación de que el director ha decidido vivir de las rentas de su fama y se permite el lujo de hacer películas (en La mala educación ya se lo permitió) sin ton ni son.
Ni Lluís Homar, ni Penélope Cruz, ni su historia de amor, consiguen cautivarme en ningún momento. No transmiten la pasión que se suponen viven y su relación sólo provoca en mí indiferencia e incredulidad.
Pero tampoco me creo las actuaciones de los personajes secundarios en los que se nos presentan dramas que luego son resueltos de forma pueril.
En fin, que perdí el tiempo de nuevo -la culpa la tengo yo- intentando buscar lo que no se puede encontrar, en donde no hay (al menos, claro está, para mi).

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11 enero, 2010

Un disco para una noche de invierno

"Que Falta Você me Faz"

Maria Bethania
Discmedi

Maria Bethania canta como un joven árbol que quema en un crepitación de madera que se extingue a lo alto. Todo es combustión en esta extraordinaria cantora decía de ella Vinicius de Moraes.
Y ella, la extraordinaria cantora, hermana de Caetano Veloso, rinde un homenaje con este disco al que fuera su maestro, su amigo, el hombre al que extraña todos los días de su vida.
Y cada una de las canciones de Vinicius se convierten, en su voz -dulce y dramática-en fuego y viento, en lago y en mar alborozado, potenciando la poética del creador y llevándonos a los umbrales del éxtasis (y os prometo que no exagero).



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Cita

"Con el paso del tiempo las heridas de la memoria cicatrizan y van perdiendo importancia. El olvido es un músculo que se ejercita"


EN:
Un encargo difícil
Pedro Zarraluki
Ed. Destino


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06 enero, 2010

Día de Reyes

Hubo otro tiempo...

Tiempo para un día como hoy, en el que nos deslizábamos por una ladera, cuesta abajo en una bicicleta sin frenos.
O machacábamos las hojas de las moreras en minúsculos platitos de lata con flores pintadas.
Eran tiempos de aullidos de lobos en las sierras y sol radiante en el frío de la mañana.
Los muñecos cambiaban de traje cada año y una goma de borrar hacía desaparecer los estragos de los días en sus rostros de caucho.
Eran tiempos de canciones junto a la lumbre, de churros de manga y hojalata, de cordeles y cencerros al atardecer.
De corderitos recién nacidos, de biberones de vidrio y de olor a humo y a barro.

Un rompecabezas con una maceta de geranios, un cochecito de capota, un diábolo con los colores del arcoiris.
Un juego de parejas de animales, una cubertería de lata, una cocinita de plástico duro y el cine Exin con películas de Disney.

Eran tiempos de mejillas como manzanas, de coderas en los jerseys y desayunos con chocolate y buñuelos.
No había casi nada y lo teníamos todo: un patio para los juegos, eucaliptos y encinas para las aventuras, el horizonte para los sueños y un cenador de cristales para las noches estrelladas.
El Romancero gitano, la ópera italiana y romances y leyendas antes de dormir.

No sabíamos que había otra vida más allá de las lindes, excepto aquella casa misteriosa rodeada de lilas que se divisaba a lo lejos y las luces de una ciudad romana en la que vivía el médico y que se tragaba misteriosamente a nuestros padres cada cierto tiempo.
Una enorme radio nos fascinaba con sonidos lejanos que retumbaban entre el eco y el viento.
Eran días de matanza, de fascinación, de miedos, de libertad, de frío, de juegos, de cantos, de arrullos, de risas...

Hubo otro tiempo. Para un día como hoy.



Óleo: Felipe Garzo

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