De pájaros y caracoles
Hoy, gracias a los bolsos, sí los bolsos, he descubierto que las mujeres podemos dividirnos, además de en rubias y morenas, altas o bajas, flacas o gordas, guapas o feas, listas o tontas, inteligentes o torpes, ágiles o pesadas, dulces o ariscas, buenas o malas, etc, etc (división por otra parte aplicable también al género masculino), podemos dividirnos, insisto, también, en pájaros y caracoles.
Los pájaros son livianos, vuelan o caminan ligeros. Levantan el vuelo cuando les apetece y no llevan cargas sobre sus cabezas.
Los caracoles, en cambio, caminan lentos, cargan con su casa a cuestas y les cuesta trabajo desplazarse por algunos lugares.
Esto, que parece una tontería, me ha tenido ocupado el viaje en el autobús esta mañana camino del trabajo, mientras observaba los bolsos que, las mujeres que hacían conmigo el trayecto, portaban.
A partir de cierta edad, las mujeres llevan/llevamos un arsenal colgado de unos hombros que, contradictoriamente, cada vez aguantan menos peso -artrosis, huesos débiles, dislocaciones, problemas de articulaciones- Las chicas jóvenes (los pájaros) caminan livianas, desocupadas, sus preocupaciones no las abruman y la previsión de posibles catástrofes, no entra en su pensamiento ni por asomo. Pueden llevar un bolso pequeño con el monedero y las llaves (el móvil suelen llevarlo en la mano o en la oreja) y, eso sí, unos cascos que las aislan de los ruídos del mundo.
Pero a ciertas edades, las mujeres se transforman en caracoles.
Si abres el enorme bolso que transportan, a veces con dificultad, colgado de sus hombros, descubrirás objetos que ni siquiera puedes imaginar. Veamos:
Peines, espejos, pintalabios, productos de cosmética,
toallitas refrescantes, lágrimas artificiales, limas de las uñas,
pañuelos de papel (la tela ya ha quedado obsoleta),
paquetes de cigarrillos (las que todavía fuman), 3 o 4 mecheros,
compresas o tampones (a veces sólo como prevención),
caramelos, chicles, tiritas para los pies (y los efectos de los zapatos nuevos)
un abanico (para los sofocos),
una libreta y 3 o 4 bolígrafos (siempre hay algo que apuntar y el móvil no es lo mismo)
uno o dos monederos (el grande con tarjetas y billetes y uno pequeño para monedas),
el teléfono móvil (en ocasiones con una funda de protección)
las llaves de casa, las del trabajo, las del coche, las de la casa de los padres (más el llavero correspondiente)
bolsas de plástico o plegables (por si una compra de última hora)
un paraguas (por si llueve)
Paracetamol, Ibuprofeno, Almax, Bucometasana
un pequeño cepillo de dientes (por si comemos fuera)
un pequeño frasco de perfume o toallitas con colonia
un set de "emergencias" con tijerita, aguja e hilo
.....
Seguro que se me olvidan cosas, seguro que cada mujer añade, a esta lista, algún objeto "imprescindible" sin el que sería imposible salir de casa.
En contra de lo que pudiéramos pensar que curaría el paso de los años, y en virtud de lo que observamos dentro de esos interminables bolsos, la "mujer-caracol: prevé, tiene miedos, tiene dudas, se siente insegura con su cuerpo, y prefiere el dolor de los hombros a prescindir de salir de casa con "la casa" a cuestas.
Mañana, definitivamente, retomaré mi costumbre de leer un libro en el autobús.
Mañana, sin falta...
Etiquetas: diario, John Lennon, Woman