17 octubre, 2006

Que el verso sea como una llave...


Qué mas me da lo que digan los teóricos y biógrafos que escriben mil cosas sobre él.
No me importan nada sus disquisiciones, sus erudiciones, las mil y una autopsias de sus poesías, de sus intenciones...
Si era modernista, o romático, o simbolista... si estaba cerca de Verlaine, de Baudelaire, de Mallarmé...
Si era un niño rico, si su madre era feminista, si era un presumido, si alguna vez pudo llegar a ser ser presidente de Chile...
Si discutió una vez con Neruda, si era amigo de Picasso



Era un encantador de palabras, jugaba con ellas, las hacía deslizarse sobre los toboganes y bailar ante los espejos.
Pintaba los poemas, los ponía del derecho y del revés, los hacía volar y esconderse y zambullirse en las olas y...
Y nos regaló Ecos del alma, grutas de silencio, canciones en la noche, pagodas ocultas, espejos de agua, poemas árticos, vientos contrarios, temblores del cielo, viajes en paracaídas, lunas, ciudadanos del olvido... y una de las baladas más bellas que jamás se han escrito

BALADA DE LO QUE NO VUELVE

Venía hacia mí por la sonrisa
Por el camino de su gracia
Y cambiaba las horas del día
El cielo de la noche se convertía en el cielo del amanecer
El mar era un árbol frondoso lleno de pájaros
Las flores daban campanadas de alegría
Y mi corazón se ponía a perfumar de alegría.
Van andando los días a lo largo del año
En dónde estás?
Me crece la mirada
Se me alargan las manos
En vano la soledad abre sus puertas
Y el silencio se llena de tus pasos de antaño
Me crece el corazón
Se me alargan los ojos
Y quisiera pedir otros ojos
Para ponerlos allí donde terminan los míos
¿En dónde estás ahora?
¿Qué sitio del mundo se está haciendo tibio con tu presencia?
Me crece el corazón como una esponja
O como esos corales que van a formar islas
Es inútil mirar los astros
O interrogar las piedras encanecidas
Es inútil mirar ese árbol que te dijo adiós el último
Y te saludará el primero a tu regreso
Eres sustancia de lejanía
Y no hay remedio
Andan los días en tu busca
A qué seguir por todas partes la huella de sus pasos
El tiempo canta dulcemente
Mientras la herida cierra los párpados para dormirse
Me crece el corazón
Hasta romper sus horizontes
Hasta saltar por encima de los árboles
Y estrellarse en el cielo
La noche sabe qué corazón tiene más amargura
Sigo las flores y me pierdo en el tiempo
De soledad en soledad
Sigo las olas y me pierdo en la noche
De soledad en soledad
Tú has escondido la luz en alguna parte
¿En dónde?
¿En dónde?
Andan los días en tu busca
Los días llagados coronados de espinas
Se caen se levantan
Y van goteando sangre
Te buscan los caminos de la tierra
De soledad en soledad
Me crece terriblemente el corazón
Nada vuelve
Todo es otra cosa
Nada vuelve nada vuelve
Se van las flores y las hierbas
El perfume apenas llega como una campanada de otra provincia

VICENTE HUIDOBRO

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11 octubre, 2006

A veces una canción es un conjuro...


A veces una canción es un conjuro...
La escuchas una y otra vez y la cantas, casi a gritos, mientras conduces o la tatareas desde dentro mientras solfeas teclas de un ordenador.
El sol juega a esconderse tras enormes nubes.

Como la cigarra
Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aquí resucitando.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal,
porque me mató tan mal,
y seguí cantando.
Cantando al sol,
como la cigarra,
después de un año
bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.
Tantas veces me borraron,
tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui,
sola y llorando.
Hice un nudo del pañuelo,
pero me olvidé después
que no era la única vez
y seguí cantando.
Cantando al sol,
como la cigarra,
después de un año
bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.
Tantas veces te mataron,
tantas resucitarás
cuántas noches pasarás
desesperando.
Y a la hora del naufragio
y a la de la oscuridad
alguien te rescatará,
para ir cantando.
Cantando al sol,
como la cigarra,
después de un año
bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.

Es de Maria Elena Walsh pero hay que escuchársela cantar a Mercedes Sosa...

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