16 septiembre, 2005

Aquí de nuevo

De nuevo en el "desierto"- y nunca mejor dicho después de la enorme sequía que estamos padeciendo. De nuevo encerrada entre cuatro paredes después de mes y medio de descanso. De 15 días de horizontes inmensos, de verdes bosques, de pequeños pueblos escondidos, refinados, exquisitamente cuidados, en los que el agua y los árboles y las flores impregnaban el aire de olores y colores. Pueblos de ritmo pausado, en los que la estética y el buen gusto se anteponían a las prisas y el "todo vale"
He sido nómada por un tiempo. He conocido el inmenso placer de no pertenecer a ningún lado, de tener todo el tiempo por delante, de saborear la libertad, de escoger donde quedarme y de donde irme.
Hermosa la Bretaña francesa desde Nantes. Lugar de leyendas, de misterios, de hadas y de valles sin retorno.
Expléndida la Normandía. Lugar de corsarios, de artistas, de tesoros ocultos en cualquier escondido rincón.
Fantástico y cautivador París. Tan blanco, tan bello, tan único...
Quiero escribir sobre este viaje. Para no olvidarlo, para no perder tantas sensaciones, para recordar, a través de las palabras, tantos lugares que, sin buscarlos, aparecieron en mi camino, para recordarme que la vida está en muchos sitios, que, como decía Onetti, no existe una sola vida, sino la sucesión de muchas vidas, de vidas breves.

Etiquetas: