06 julio, 2005

Walter Benjamin

Leo y releo a W. Benjamin. No me cansa nunca. Por el contrario me divierte, me sugiere, me inquieta... Me sorprende su lucidez - tan lúcida- y su mirada sobre tantas cosas. Me ayuda a mirar y a entender. Aprendo cada día con él algo nuevo. Y eso me gusta.En su libro "El narrador", editado por Taurus en 1991 leo lo siguiente: "Todo aquel que escucha una historia, está en compañía del narrador; incluso el que lee, participa de esa compañía. Pero el lector de una novela está a solas, y más que todo otro lector. (Es que hasta el que lee un poema está dispuesto a prestarle voz a las palabras en beneficio del oyente.) En esta su soledad, el lector de novelas se adueña de su material con mayor celo que los demás. Está dispuesto a apropiarse de él por completo, a devorarlo, por decirlo así. En efecto, destruye y consume el material como el fuego los leños en la chimenea. La tensión que atraviesa la novela mucho se asemeja a la corriente de aire que anima las llamas de la chimenea y aviva su juego."

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