Tantas cosas...
Tantas cosas por leer y cierta desesperación de no poder releer otras que tanto me hicieron disfrutar. ¿Admitirían éstas una segunda lectura?
Libros que hace años me hicieron sentir tantas cosas... Ellos habrán cambiado, como yo. ¿Volveríamos a encontrarnos?
Me da miedo el desencuentro, el desencanto, por eso escojo, para llevarme de viajes, libros nuevos, libros que he ido aparcando estos meses por falta de tiempo, por otros libros más urgentes.
El cielo de Madrid de Julio Llamazares, Deseo de Elfriede Jelinek, El testigo de Juan Villoro, La velocidad de la luz de Javier Cercas, Enterrar a los muertos de Ignacio Martínez de Pisón...
Los voy metiendo en mi maleta de verano dispuesta a dedicarles un tiempo sosegado bajo el tilo, en medio del silencio roto, sólo, por los pájaros que se esconden entre el bambú.
Desde la estantería dos libros, de los que el año pasado leí en aquella cala casi salvaje de la costa gallega"La casa pierde" de Juan Villoro y "El pasado" de Alan Pauls, me hacen un guiño. Y yo estoy segura de que volveré a leerlos este verano. Me arriesgaré aunque sin mucho mérito. La apuesta es casi segura.
Etiquetas: diario
1 Comments:
que delicia es la lectura... cuentan nuevas historias aún siendo las mismas letras, cuentan tantos sueños ajenos o propios y es pues un ciclo bastante extraño ello..
delicioso y atrayente..
cada letra, volviéndose otra piel en otro utenzilio..
bien..
leamos..
prima volta acá!
saludos.
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