Vientos de cambio
Jazz en Badajoz, pasteles en Portugal y viento fuerte en Plasencia.
Regreso del Sur
y el viento me acompaña.
Sí, hay vientos de cambio dentro de mí...
Te adoraré siempre y me importas un pimiento
todavía no riman
pero ya rimarán con el tiempo.
Un micropoema de AJO (micropoetisa)
y los vientos de cambio de los Scorpions
4 Comments:
Suele sorprender a los que nos visitan ese persistente viento placentino. A las maestras jovencitas que vienen al colegio para una sustitución o una interinidad, por ejemplo. A los pocos días ya se quejan las pobres del maldito aire que sopla casi siempre. Suelo decir que esta es una Tarifa... de interior. Lo que no sé es si, como allí, los vientos afectan a nuestros nervios y a nuestras cabezas. A ver si va a ser esa la causa de nuestra "plaga lírica". El Valle del Jerte, la causa real, también es muy poético. Abrazos.
Pocas cosas tan placenteras como cerrar los ojos y que el viento te azote en los párpados. (Y en la noche -¡qué fastidio!- golpea los cristales mal sellados).
Un abrazo.
Pues, si los vientos placentinos, son la causa de esa poesía, bienvenidos sean y que duren mucho tiempo, Álvaro. Un beso fuerte
A mí el viento no me gusta mucho, Ignacio, pero si estoy calentita en casa y a resguardo de él lo llevo mucho mejor. Procuraré, eso sí, mantener bien sellados los cristales de las ventanas. Un fuerte abrazo amigo
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