Rota
No tengo ganas de escribir. Todo lo que se me ocurre es demasiado triste, demasiado derrotado, demasiado indignado, demasiado resignado.
Las palabras acuden a mi boca pero no a mis dedos. Tengo ganas de gritar, pero el teclado no responde a mis gritos.
Sólo puedo escribir que se ha perdido (¿alguna vez lo tuvimos?) el sentido común, un sentido poco común entre nosotros.
Sólo puedo decir que hay facturas que no son responsabilidad de unos y sin embargo se las hacen pagar, como si las fueran, a un precio muy alto.
Sólo puedo decir que hay muchos que tienen asumidas sus propias competencias y plena capacidad de gestión y sin embargo, independientemente del resultado, serán siempre eximidos de esas responsabilidades.
Sólo puedo afirmar que hay lugares en los que a los ladrones se les condecoran como héroes y a los inocentes se les ejecuta en la horca aunque no sean los responsables del delito que se les atribuye.
Sólo puedo asegurar que es cierto que, en demasiadas ocasiones, pagan justos por pecadores, inocentes por culpables.
Ojalá los jóvenes que hoy despiertan en la plaza de Sol, o en las decenas de acampadas repartidas por toda España, sean capaces de lograr lo que nosotros no hemos conseguido: un país con capacidad de análisis, de discernimiento, de sentido crítico y justo. Un país capaz de separar el trigo de la paja, de no dejarse llevar por sus pasiones -tantas veces injustificadas- de no dejarse arrastrar por las mentiras, por la manipulación, por el odio inoculado durante décadas, por banderas y eslóganes, por promesas incumplidas, por afirmaciones injustas.
Ojalá sean capaces de exigir lo que nosotros no somos capaces de exigir: una clase política que luche unida por el bien de un país, y no por el acceso al poder, sin tirarse los trastos a la cabeza mientras el país se hunde y se debilita. Una clase política al servicio del ciudadano y no al servicio de sus propios intereses ridículos y partidistas.
Capaces de exigir compromisos reales, actuaciones limpias, objetivos comunes y fundamentados en actuaciones sólidas que contribuyan a una mejora social, cultural y económica de nuestra sociedad.
Capaces de conseguir lo que nosotros no hemos conseguido: un mundo más justo, más solidario, más habitable, más humano.
Fotos: cuatroojos
Etiquetas: cuatroojos, diario, El Roto, vida política
2 Comments:
No me he enterado de nada de las elecciones. ¿Del sistema de gestión de asuntos públicos? ¡Puf!
¡Si te sirve un abrazo!
Ignacio
Claro que me sirve. Otro para ti, Ignacio y gracias.
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