Planes
Vivir intensamente cada minuto, cada momento, cada lugar.
No esperar nada, no hacer planes, no desear nada, no echar de menos.
El pasado, pasado es.
El futuro quién sabe.
Vivir el presente.
Una charla en un café, observando la vida por los cristales, un paseo por este verano que da sus últimos coletazos, la cola de un cine al atardecer -cada vez antes la puesta del sol- un disco en una tarde de lluvia, un libro acurrucada entre las sábanas.
Una visita inesperada y sugerente, una llamada por sorpresa y agradable, un encuentro fortuito interesante, una mirada de ternura sorprendida al azar, el abrazo de un amigo que se alegra de verte, un concierto en plena calle, un helado en una plaza, pasar un rato envuelto en la agradable atmósfera de una librería, un pequeño viaje a una ciudad del sur, una conversación divertida con mis hijos, una caminata por un bosque que empieza a vestirse de otoño.
Pequeñas cosas que dan sentido a un día, a unas horas.
La serenidad de no anhelar nada, el placer de sentir que se tiene todo lo que realmente importa.
Y convertir cada acto cotidiano, cada imprevisto, cada momento, en un acto único y valioso.
Etiquetas: Aquellas pequeñas cosas, diario, Joan Manuel Serrat, mercedes sosa
15 Comments:
Me encanta este post, me entran ganas de asomarme a la terraza, mirar las flores y respirar profundamente. Un besote.
Pues adelante Búcaro. Terraza y flores, que queda poco para el invierno :-) Un abrazo
Sí, Isabel, eso basta.
Abrazos, Álvaro
Gracias Álvaro. Abrazos también para ti.
¡Vaya, unos días sin venir y esto está cada vez más lleno! ¡Qué bien!
Añado un amanecer y el tiempo en casa solo hasta que se levanta la gente. (Echo en falta, y me produce envidia, lo de los hijos, pero...).
Un abrazo, Isabel.
Contradicciones en sí mismas y en la misma idea, la causa de ese pensamiento que planteas.
Me uno a Alvaro. Bastan pequeñas cosillas, detalles, momentos...para sentirte vivo, para disfrutar...vivir el presente, un abrazo,Rosa
Ese tiempo de amanecer de los domingos, con la casa en silencio, con la calle en silencio...Gracias Lavelablanca, por andar por ahí. Se te echa de menos :-)
Tienes razón, Jesús. Y quizás gracias a esas contradicciones es por lo que el pensamiento avanza, se transforma, crece y cambia.
Otro abrazo para ti Rosa. Tengo ganas de unas risas contigo ;-)
En realidad el comentario al post anterior era para este. Me reinvindico en lo grato que resulta leert
Ofelia
Gracias Ofelia. Creo que la serenidad va siendo uno de mis objetivos. Supongo que tiene que ver con lo de ir madurando :-)
Pero saber madurar es un arte. No se trata de acumular años; Y el arte consiste , creo yo, en la forma de desplegar todas las hojas con sus flores hasta acariciar el fruto y saborearlo....
Ofelia
Tuvimos muchos sueños. La mayoría no se cumplieron, pero me alegro de haberlos tenido.
Ahora son buenos planes, Isabel.
Te abrazo
J.
¡Qué buena definición del arte de madurar, Ofelia! Gracias
J.
Sí, tuvimos buenos sueños y quizás los planes vengan de esos sueños, de su realización y de su frustración.
Yo también te abrazo.
Isabel: me apunto a todo eso.
No se me ocurren mejores planes.
Serenidad y madurez para apreciar en lo que valen todas esas pequeñas cosas, las que de verad dan sentido a la vida.
Hazme sitio que allá voy.
Abrazos.
Elías
Aquí te espero Elías. Te tengo reservado un sitio estupendo :-)
Besos
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