10 enero, 2006

Cosas que debes saber


A.M. Homes, una de las mejores y más inquietantes escritoras norteamericanas, la autora de El fin de Alice y Música para corazones incendiados nos propone en Cosas que debes saber, relatos que se deben leer.

En los últimos años, las novelas y los relatos de A. M. Homes han provocado la indignación de algunos críticos, y la encendida admiración de muchos otros. Su obra ha sido calificada de «perversa», de «transgresora», de «reveladora e inquietante». Y añadiríamos: «imprescindible». En Cosas que debes saber, la autora vuelve a su territorio favorito, el microcosmos de los barrios residenciales, el descubrimiento de lo extraordinario en lo ordinario, de lo siniestro en lo familiar. Y su mirada afilada, exacta, pero también curiosamente compasiva, no deja escapar ningún matiz de lo grotesco, ninguna grieta del sueño americano.
Historias, a veces surrealistas, a veces sorprendentes, llenas de ironía y de ternura, cubiertas de frialdad, a veces implacables.
11 historias de encuentros y desencuentros , de soledades, de locuras amorosas... historias extraordinarias en las que encontramos muchas cosas para reconocernos y de las que nos da miedo hablar.
Cada relato conforma un pequeño mundo que nos mantiene en vilo, que nos lleva a curiosear hasta lo infinito. Insaciables, espiamos tras las ventanas de los personajes, buscando el desenlace, temiéndolo, deseándolo.
11 relatos para reír, para hacernos un nudo en el corazón.
Historias que no nos dejarán indiferentes y, al cerrar el libro, querremos más.

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5 Comments:

At 9:23 p. m., Blogger francisco aranguren said...

Lo tendré en cuenta al pasarme por la Casa del Libro. He encontrado tu blog a través del de Jesús García Calderón y veo que compartimos el amor por el jazz (lo que siempre es para uno motivo de alegría, dado nuestro carácter de minoría muchas veces incomprendida). Me alegro de ello. Un saludo.

 
At 1:05 p. m., Blogger Isabel said...

Hola
Gracias por tu comentario.
El jazz es mi música favorita, en discos y sobre todo en directo. No es que tengamos mucho pero, aquí en salamanca, hay 2 épocas en las que podemos escucharlo en la calle, en las plazas o en distintos espacios.En verano da gusto sentarse en el Patio chico, o en la plaza de los Dominicos, por la noche y disfrutar de un buen concierto. En otoño los conciertos son en los distintos teatros o auditorios de la ciudad. También hay un café (el Corrillo) con actuaciones en invierno - esporádicamente-
Si estás por aquí en esas fechas ya sabes...
Un abrazo

 
At 10:25 p. m., Blogger francisco aranguren said...

Yo soy más de disco: me encanta repetir y calibrar bien los solos. Había músicos que aprendían de memoria los de sus ídolos. Ahora, me ha enganchado el DVD, la colección que se vende en los kioscos. Hoy he recogido a Carla Bley y a Clark Terry. Todavía no los he escuchado. Me encanta ver las caras de felicidad, la conexión entre los músicos, esa comunicación secreta, esos éxtasis, esos momentos mágicos, cuando todo va solo...es algo que me gustaría que muchos compartieran. Y aquí -en Sevilla- hay dos épocas de conciertos, en otoño y en primavera...He llevado a amigos que se han aburrido...Bueno. En Salamanca he estado, en un pub que era un antiguo convento...había mucho ambiente estudiantil. Es una ciudad preciosa, tienes suerte. Te dejo. Un abrazo a tí también.

 
At 8:02 p. m., Blogger Gatito viejo said...

Vengo a hablar del libro que nos traes, Isabel, y me encuentro con que estáis hablando de música Jazz. A mí también me gusta mucho.Hubo un tiempo en que escuchaba discos a diario. He escuchado a algunos músicos en directo y he percibido esa conexión entre ellos de la que habláis. Es impresionante. Es una música que te llena el espíritu, que te alegra y te hace esbozar una sonrisa sin querer. Impresiona, sí.Al menos a mí me pasa.
Del libro sólo decir que me propongo leerlo porque me han entrado unas ganas locas de conocerlo después de leerte, Isabel, los argumentos que expones son absolutamente convincentes. Me interesa mucho leer este tipo de literatura tan sugerente.Gracias.
Saludos

 
At 9:51 a. m., Blogger Isabel said...

Una sonrisa y a veces muchas tristeza... El jazz es lo que tiene. Remueve cosas, te permite perderte o encontrarte...
Escuchar jazz en directo es asistir a una buena "conversación" como invitado. Es apasionante ver como hablan los instrumentos, como se hacen guiños, la complicidad que hay entre ellos. Cuanto más lo escuchas, más aprendes. Reconoces el vocabulario, las expresiones, las metáforas. A veces, si hablan muy deprisa, parece que te pierdes, a veces te das cuenta que se ha dicho algo que tú no has entendido y te mueres de curiosidad...
Es fantástico. Aprender con ellos un lenguaje nuevo...
Yo toco el saxo tenor (balbuceo sólo)y, por si existiera la reencarnación, me pido, para la próxima, ser saxofonista de un cuarteto de jazz :-)

Gracias por tu comentario. si lees el libro me gustaría que me dijeras que te parece.
Un abrazo

 

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