19 enero, 2011

Cartas


Ya no se escriben cartas y sin embargo,
siempre hay un secreto deseo,
dentro de nosotros,
de recibirlas.

Por eso hoy pongo aquí, esta preciosa carta de Elías Moro:

Han pasado los meses, los años, todas las primaveras necesarias para olvidarme y olvidarte, y sin embargo, estás presente en los tangos, en las lluvias, en todas las voces de muchachas con el pelo rizado.

Ha pasado todo lo imprescindible: tenemos ausencia, cartas cada vez más separadas, miles de esquinas y calles entre tú y yo, infinidad de accidentes de tipo natural y artificial, y sin embargo, aún tenemos pensamientos, todavía sobrevivo en ti a través de poemas nocturnos y tristes y mal escritos, y por otra parte, es una lástima o una rabia no poder olvidar.

Después de todo, se nos ha vuelto estrecha la distancia y el tiempo se ha quedado pequeño para nuestros propósitos.



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6 Comments:

At 11:01 p. m., Anonymous elbucaro said...

Preciosas letras. La carta es un género literario que es en sí un poema y que siempre estará cargada de ilusiones. Un besote.

 
At 12:45 a. m., Blogger Elías said...

Isabel:

Nuevamente vienes a honrarme haciéndome un hueco en tu casa, en tu cariño.

Y sólo se me ocurre decirte gracias.

Y sellar la carta con este beso.

 
At 5:05 p. m., Blogger Isabel said...

Es verdad, Bucaro. Las cartas a veces, son poemas. Y ésta de Elías lo es. Besos

 
At 5:08 p. m., Blogger Isabel said...

Elías, gracias a ti por escribir esas cartas y compartirlas con nosotros.
Un beso "sin postdata" desde un soleado Badajoz. (Esta vez tampoco podré verte)

 
At 6:42 p. m., Anonymous Anónimo said...

NO ME IMAGINO ABRIR EL BUZÓN Y ENCONTRARME UNA CARTA PARECIDA A ESTA AL LADO DEL TOCHAZO DE PROPAGANDA Y DE LAS CARTAS DE BANCO O DE FACTURAS, QUE SON LOS ÚNICOS QUE ME ESCRIBEN.

 
At 9:26 a. m., Blogger Isabel said...

Estaría bien que volviéramos al viejo rito. Comprar papel y sobre, volver a sacar la pluma del cajón, sentir el sonido suave de su garabatear sobre el papel en blanco, poner el sello y cerrar el sobre sintiendo el sabor del pegamento sobre nuestros labios.
Ir al buzón y esperar, impacientes, la respuesta a nuestras palabras...

 

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