24 diciembre, 2010

Ventanas

Me gustan las ventanas.
De madera, de hierro, blancas, marrones o verdes, con flores en el alfeizar o con libros apoyados en los cristales.
Me gustan con persianas levantadas y sin cortinas, como grandes ojos mirando hacia el infinito.
Me gusta verlas abiertas en verano, dejando entrar el aire cálido y los aromas de la calle o del jardín.
Me gusta mirar a través de ellas el mundo de mi barrio, a los personajes cotidianos que aparecen y desaparecen como si fueran escenas de una película.
Me gusta pasear por la calle por la noche y mirar las ventanas iluminadas con distintas gamas de amarillos y naranjas, ventanas que me cuentan historias de los habitantes de las casas desconocidas, o me ocultan los secretos de la gente que conozco.
Me gustan más las ventanas que las puertas. Éstas últimas me frenan el paso, las ventanas me invitan a entrar.
Me gusta ver fotos de ventanas, dibujos de ventanas, cuadros de ventanas, que me transmiten siempre una sensación plácida de sosiego, de bienestar, de bienvenida, de hogar, de misterio, de curiosidad...
También me gusta la imagen de alguien cuando mira a través de ellas. Hay siempre algo de nostalgia en esas miradas, algo de melancolía, algo de pasado y de paisaje.
O la imagen de alguien sentado junto a una ventana con un libro entre las manos, sorbiendo un café, con los ojos entornados o con la cabeza reposando en la mano. Sentarse junto a una ventana es quedarse e irse, estar y no estar, sentir los pies en el suelo y volar sobre los tejados.
Cuando llego a una casa lo primero que miro son sus ventanas. A veces es lo único que miro. Cuando alguien visita mi casa, por primera vez, lo primero que le enseño es lo que se ve a través de mis ventanas.
Cuando era pequeña me gustaba sentarme en ellas con los pies colgando en el vacío.




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4 Comments:

At 11:54 a. m., Anonymous elbucaro said...

Estoy de acuerdo contigo, las ventanas son de por sí evocadoras y es que no en vano es una vía de comunicación y relación entre dos mundos distintos. Incluso cuando la puerta no hay forma de abrirla, siempre queda la ventana... Muchas felicidades y un besote.

 
At 10:35 p. m., Blogger lavelablanca said...

He hecho muchas ventanas con mis manos. La mayoría de casas de mi pueblo y alrededores las tienen puestas. Cuando voy ahora y paseo por sus calles o entro en casa de alguien, casi me estremece contemplarlas desde fuera o asomarme a través de ellas.

Un beso (por revivirme estas miradas).

 
At 12:16 p. m., Blogger Isabel said...

Felicidades para ti también, bucaro. Y un abrazo desde el frío.

 
At 12:17 p. m., Blogger Isabel said...

Construir ventanas es como abrir los ojos de alguien. Hay quien las construye con mimo y buscando poner los paisajes dentro de las casas. Imagino que tú, Ignacio, eres uno de estos.
Un abrazo fuerte y felices días.

 

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