10 enero, 2011

Dos encuentros fortuitos


A veces, así de repente, la vida cambia en unos segundos.
O al menos la forma de enfocarla y vivirla.
Como si todo este tiempo hubiéramos estado esperando, sin saberlo, algo a lo que no podíamos poner nombre, ni cara, ni color, ni forma.
Vivimos como si la vida fuera una sucesión ilimitada de días, de horas, de acciones y comportamientos.
Vivimos cargados de pasado, presionados por el futuro y olvidando el presente -lo más real, lo único que tenemos- mientras relatamos recuerdos o hacemos planes.
A veces nos sumergimos de forma autómata en la rutina convencidos de que esto es lo que hay y lo que toca vivir. Nos adaptamos a la horma de nuestros zapatos o nos colgamos de la percha, cada noche, en nuestro armario.
A veces nos inunda la seguridad de que pocas cosas pueden sorprendernos ya, que hemos tocado techo o fondo, que hemos conseguido todos los objetivos y todas las metas, que hemos tenido hijos, plantado árboles y escrito -si no libros- al menos algunas líneas en algún cuaderno.

Pero la vida no deja de sorprendernos, y cuando menos lo esperamos, pone en nuestro camino una vereda a la derecha o un sendero a la izquierda que nos obliga a cambiar de rumbo como quien no quiere la cosa, sin elegirlo, sin decisiones drásticas, ni luchas -interiores-napoleónicas.

Y eso es lo maravilloso de estar vivo. Esa posibilidad de ser sorprendido, de encontrarte de repente con un paisaje inesperado, con una persona especial, con un deseo que permanecía escondido dentro de ti y al que nunca habías prestado atención.

He tenido en los últimos días dos encuentros casuales (causales?) que han conseguido, si no una transformación, sí una pequeña revolución interior en mí. Dos encuentros que me han llevado -sin sobresaltos- a un cambio de rumbo en ciertos aspectos de mi vida.

¡Y cuánto agradezco a la vida estas pequeñas y agradables sorpresas!

(una de mis baladas favoritas de Scorpions)



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5 Comments:

At 6:20 p. m., Anonymous Anónimo said...

no la había oído, y aunque no la entiendo, me gusta.
uno de mis sueños, es que algún día la entienda y la tararee en inglés.
(hay sueños que para que se hagan realidad hay que trabajarselos).
bssssssssssssssssss

 
At 8:45 p. m., Blogger Isabel said...

Te pongo el texto en español (más o menos)

Sigo el Moskva
Hasta el Parque Gorki
Escuchando al viento de cambio
Una noche de verano de agosto
Soldados que pasaban
Escuchando al viento de cambio
¿Alguna vez pensaste
Que podríamos estar muy juntos, como hermanos
El futuro está en el aire
Puedo sentirlo en todas partes
Soplando con el viento de cambio
Llévame a la magia del momento
En una noche de gloria
Donde los niños del mañana sueñan
En el viento de cambio
Caminando por la calle
Distantes recuerdos
Están enterrados en el pasado para siempre

Yo descanso el Moskva
Hasta el Parque Gorki
Escuchando al viento de cambio

Llévame a la magia del momento
En una noche de gloria
Donde los niños del mañana compartir sus sueños
Con usted y yo

Llévame a la magia del momento
En una noche de gloria
Donde los niños del mañana sueñan
En el viento de cambio

El viento de cambio sopla directamente
En la cara del tiempo
Como un viento tormentoso que sonará
La campana de la libertad por la paz de la mente
Vamos a cantar a tu balalaika
Lo que mi guitarra quiere decir

 
At 10:04 p. m., Anonymous Anónimo said...

A mí me encanta esta balada de Scorpions; Isabel, es winds of change.
beso, R2

 
At 11:47 p. m., Blogger Isabel said...

¡ay los hados del teclado! ¡y los vientos de cambio!
Gracias R2

 
At 10:12 a. m., Anonymous Anónimo said...

A ti siempre te sorprenderá la vida. Estás predispuesta a que así sea y ella te lo agradece.
Me alegro de "esos encuentros" que han provocado en ti deseos de cambio.
(Pero no cambies mucho que nos gusta como eres)
Besos
J.

 

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