Un poema de Aníbal Núñez con música de Debussy
Ir al campo bebernos todo el campo
subirnos a las ramas
¡qué maravilla andarse por las ramas!
confundirnos las bocas con cerezas
oler a jara el cuerpo
merendar la cascada y chocolate
trenzarte una corona de juncos del arroyo
contar las veces que la piedra roza
con el agua aprender
botánica sin flexo
zoología sin matrícula
Pero el señor rector y sus bedeles
nos tienen encerrados a la sombra
del Árbol de la Ciencia y lo siguen regando
con tinta de tampón
¡Maldito frutal éste
que no da más que peros!
EN: Naturaleza no recuperable
Etiquetas: Aníbal Núñez, Arabesque nº 1, Claude Debussy, poemas
4 Comments:
Extraño y bellísimo Aníbal.
Un poeta "recuperable", una fuerza de la naturaleza.
Beso.
El gozo de lamer la nieve y llorar echando el aliento a los dedos doloridos.
Un abrazo.
Es cierto, Elías. Un magnífico poeta que a veces, por cercano, olvidamos.
Otro beso para ti
Ummm Es verdad Ignacio, aunque este año no hay nieve...
Un abrazo
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