El poeta de los espacios
Juan Muñoz (Madrid, 1953-2001), contaba historias con sus esculturas.
Era un narrador, un poeta, capaz de crear espacios llenos de conversaciones y silencios, de palabras susurradas, de interrogaciones, admiraciones y puntos suspensivos.
Tuvo poderosos detractores, sobre todo en este país, y numerosos admiradores, sobre todo fuera de este país.
Era amigo de John Berger, con el que realizó proyectos como la dramatización Will it be a Likeness?, una obra ejecutada delante de un público, con texto de Berger e imagen y escenografía de Juan Muñoz.
También del actor John Malkovich y del compositor Alberto Iglesias, con los que realizó una obra basada en una patente legal norteamericana con motivo de la clausura de la instalación de Juan Muñoz "Double Bind" en la espaciosa Sala de las Turbinas de la Tate Gallery (Londres), que llevaba por nombre: "A Registered Patent: A Drummer Inside a Rotating Box"
Los personajes de las esculturas de Juan Muñoz eran figuras enigmáticas, impregnadas de presencia y ausencia, reflejando la pasión que el autor sentía por los juegos de apariciones y desapariciones. "Para mí, lo que ves no es lo que parece", dijo en una entrevista.
Aunaba en sus obras juego y peligro. "Buscaba efectos que golpearan el estómago", dice su mujer, también escultora, Cristina Iglesias.
Sus esculturas están realizadas en bronce, terracota o resina y dan forma a un mundo de personajes inquietantes: enanos, ventrílocuos, grupos de hombres que parecen conversar entre ellos, trampantojos, espejos en los que las figuran se multiplican, escenarios teatrales vacíos, objetos musicales, pasamanos y cuchillos.
Nada en la obra de Juan Muñoz está exento de poesía o narrativa, nada te deja indiferente.
Recuerdo la exposición de él que tuve la suerte de ver en el Guggenhein de Bilbao y las sensaciones que me produjeron sus obras expuestas en las distintas salas del bello museo. Estuve allí muchas horas, incapaz de abandonar ese universo que me rodeaba, incapaz de volver al mundo real, fascinada por su estilo narrativo, por la armonía de sus composiciones y por aquellos personajes, a veces misteriosos, a veces amables, que parecían querer contarnos, cada uno, su propia historia.
Juan Muñoz es uno de los escasos artistas contemporáneos españoles que ha logrado el reconocimiento internacional y cuya obra figura en los museos más importantes del mundo. Su trayectoria quedó truncada en 2001, debido a una muerte fulminante a los 48 años.
10 años ya de su desaparición. ¡Qué pena! ¡Con todo lo que podía, todavía, habernos regalado!
Etiquetas: Alberto Iglesias, Juan Muñoz, Me voy a morir de tanto amor
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