Cat Stevens
Para mi Cat Stevens tiene el paisaje de Hervás.
El monte Pinajarro asomando al amanecer, el camino de la Chorrera, la plaza de la Corredera y su fuente - llena de secretos, de citas, de conversaciones a media voz- y su toro de fuego en agosto, los disfraces del casino (aquella abuela...), la chopera y los bocadillos de leche condensada, el barrio judío y la tienda de Misi con su mezcla de olores entre obleas, cerezas y jabón Lagarto.
La estación de tren y las monedas brillando sobre las vías, esperando el paso del tren, para volver a nuestras manos redondeadas y suavecitas.
Las piscinas y las bicicletas, los primeros amores en el Villa Rosa con sabor a regaliz y caramelos de lilas, el cine de verano los viernes, las esperas "interminables" de 5 minutos...
La estación de tren y las monedas brillando sobre las vías, esperando el paso del tren, para volver a nuestras manos redondeadas y suavecitas.
Las piscinas y las bicicletas, los primeros amores en el Villa Rosa con sabor a regaliz y caramelos de lilas, el cine de verano los viernes, las esperas "interminables" de 5 minutos...
No sé si fue allí donde lo oí por vez primera.
Pero al menos tengo la sensación de que fue allí donde lo escuché por primera vez.
Etiquetas: Cat Stevens, diario, Hervás
3 Comments:
¡Ay, la leche condensada! El tubo (como si fuera pasta de dientes) que me ponía mi madre en la maleta de madera (que había hecho mi padre) cuando iba al internado a los diez años. Al menos, un recuerdo dulce.
¡Mira que, a veces, no coincidimos en la música, Isabel! (Pero escucho el Cat que has puesto).
¿No coincidimos en la música a veces?
¿cuántas veces?
¿pocas veces?
¿sólo alguna vez?
¿muchas veces?
vaya :-(
Ya me dirás cuál de todas es la que menos te gusta Lavelablanca :-))
Me encantará saberlo (o tal vez no me gustará en absoluto ;-)
Todo, todo lo conozco y lo identifico, qué dulces recuerdos de ambar amarillo!
Aunque nos diera dolor de tripa.
La música genial.
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