28 noviembre, 2009

Zaragoza

Regreso de Zaragoza con muy buenas impresiones de una ciudad mucho más grande de lo que yo esperaba pero, también, con ese aire de pequeña ciudad que la convierte en bastante acogedora y sencilla.

Lo del Pilar es lo de menos. Quiero decir que se puede estar en Zaragoza y no tener la obligación de visitarlo, aunque impresiona que se hicieran edificios de esas dimensiones. Le dediqué poco tiempo -la verdad es que he ido a Zaragoza por cuestiones de trabajo y tampoco disponía de mucho- pero no necesité más para llevarme una impresión general del edificio.

La Basílica del Pilar es una mezcla de estilos arquitectónicos que nos cuentan la historia de la propia ciudad y que se fueron sumando a medida que la hacían más y más grande. Románico, gótico-mudéjar, barroco, clásico.. La última torre se construyó en 1961. Así que desde aquella primera ermita musulmana, sobre la que dicen se construye la basílica, os podéis imaginar la mezcla de estilos y culturas de lo que hoy vemos. Las cúpulas interiores me impresionaron, también el retablo de alabastro, la sillería del coro y el inmenso órgano. La imagen de la Virgen del Pilar es diminuta y casi no se ve en aquella inmensidad (32 cm.).

En la misma Plaza del Pilar está la otra catedral de Zaragoza: La Seo o Catedral del Salvador.
Está construida en el solar del antiguo foro romano de Caesaraugusta y de la mezquita mayor de Saragusta de la que conserva aún un minarete.
Es de estilo románico y también ha sufrido muchas reformas y ampliaciones. La verdad es que por fuera una no puede imaginarse el interior que me gustó mucho más que el del Pilar.

Pero las dos cosas que me más me han gustado y sorprendido de Zaragoza son:
La Aljafería y el tubo.

El Palacio de la Aljafería forma parte junto a la Alhambra de Granada y la Mezquita de Córdoba de la triada que representan la arquitectura hispano-musulmana en nuestro país.
Fue construido en el s.XI como quinta de recreo de los reyes de Taifas, luego fue residencia de los reyes cristianos tras la conquista de Zaragoza por Alfonso I. Más tarde fue la sede del Tribunal de la Inquisición, incluidas sus cárceles. Los Reyes Católicos lo reformaron en 1492 y Felipe II la transformó en cuartel.
Fue un paseo delicioso desde la entrada, el palacio taifal, de una delicada belleza con un patio de naranjos a cielo abierto y dos pórticos laterales con arquerías mixtilíneas y al fondo unas estancias destinadas al uso ceremonial y privado. También hay un pequeño oratorio de planta octogonal con fina y profusa decoración en yeso.
Del periodo medieval son: la Iglesia de San Martín, la alcoba de Santa Isabel y las salas mudéjares de Pedro IV.
Sobre 1492 se erigió el palacio de los Reyes Católicos con una magnífica escalera, una galería y un conjunto de salas "de los Pasos Perdidos" con unas techumbres de madera preciosas.
Al llegar al Salón del Trono se te corta la respiración con el bellísimo artesonado.
Otras zonas de la Aljafería nos recuerdan que también fue cuartel: baluartes, foso...
Los jardines que rodean el Palacio están llenos de árboles y plantas. Todo el conjunto está muy cuidado y las restauraciones han sido magníficas.

El tubo es un laberinto de callejuelas estrechas que alberga la zona de tapeo de la ciudad. Las bodegas y los bares más antiguos y con más solera conviven aquí compitiendo con exquisitos platos tradicionales o de cocina moderna.

También, aquí, está el mítico café-cantante "El Plata" fundado en 1920 y que sobrevivió, incluso, en la época de la dictadura franquista.
Por él han desfilado grandes nombres de la copla y míticos cantantes y artistas. En 1992 se cerró pero, gracias al empeño de la dueña del local y del director de cine Bigas Luna, volvió a abrir en 2008.
En el local permanecen los elementos decorativos que le dieron su personalidad: los plafones, el fondo pintado con palmeras, las cristaleras, las mesas y sillas de formica, las molduras de escayola imitando mármoles, el gres del suelo, los zócalos, las columnas, los espejos y la disposición del escenario con su mural tropical.
Si váis a Zaragoza no podéis perderos alguno de sus espectáculos, dirigidos por Bigas Luna, que mantienen todo el sabor y la decadencia del cabaret que fue en su época.

No hubo tiempo para mucho más pero sí para quedarme con las ganas de volver más tiempo y descubrir más cosas de una ciudad que se ha puesto, con el AVE, a hora y media de Madrid y Barcelona. Una ciudad hospitalaria y muy agradable que siempre dejaba al lado cuando pasaba por ella y que ahora se merece una buena parada y fonda.

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3 Comments:

At 4:30 p. m., Blogger Miguel said...

Hoy he leído una idea de viajar que quiero compartir con los lestores del blogg,distinta."Un viaje es una nueva vida,con un nacimiento,un crecimiento y una muerte,que nos es ofrecida en el interior de la otra" de Paul Morand.Un saludo de Miguel.

 
At 9:32 a. m., Blogger Isabel said...

Gracias Miguel.
Te respondo con otra frase de Morand que tampoco está mal sobre los viajes interiores:
"Las pasiones son los viajes del corazón".
Un abrazo

 
At 4:55 p. m., Anonymous Anónimo said...

Encantador relato acompañado de su ilustración el que realizs de esta milenaria y bella ciudad. Me encantaría que, cuando vuelvas por tierras aragonesas prosigas tu narración donde la dejaste, e incluso la amplíes más allá de donde tus sentidos te envíen.

Chesús

 

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