24 febrero, 2009

La novela luminosa (II)

Por fin lo he terminado.
El libro de Mario Levrero.
El de las 4 partes.

Reconozco que la gran parte central -el diario-lo he leído en diagonal. Saltándome muchas cosas. Se me hacía pesado, no me aportaba nada. El propio autor decía " estoy escribiendo sin ganas, sin coherencia, sin saber lo que escribo", y eso se nota.

Aunque todo este material le era necesario a Levrero para fundamentar su teoría "algunos hechos, algunos acontecimientos, no pueden ser narrados".
Y desde esta incapacidad, desde este fracaso, el autor construye el molde de una imposible novela luminosa, para confirmar que la experiencia luminosa no puede ser narrada pero sí, en cambio, la oscuridad que la rodea.
De esta forma obtenemos un cliché, un negativo a través del cual conseguimos reconocer dicha experiencia.

Así que ni una coma me salté de esta parte. Me fascinó tanto que cuando quise darme cuenta había terminado.

Y me acordé de D. que ha entrado en un proceso de barbecho en la escritura. Tengo que hablarle de esta novela. Puede ser un buen experimento para reconocer los contornos de su escritura.

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