02 noviembre, 2014

Una se acostumbra

Robert and Shana ParkeHarrison the-clearing1993

Y después una se acostumbra.

A levantarse cada día como si nada hubiera pasado. A despertar cada mañana sin echar de menos el tiempo de la luz y la esperanza.
Una se acostumbra al silencio, a la soledad, A los lugares vacíos, a la oscuridad de un camino que parece no llevar ya a ninguna parte
Los días ya no pasan, se suceden, y se dejan de hacer planes, más allá de los impuestos por el paso del tiempo  y la realidad cotidiana.
Empiezan a caer fechas en el calendario, antes señaladas y ahora confundidas con el resto de los días.

Se empiezan a recoger los pedazos de tantos recuerdos rotos, esparcidos por todas las habitaciones, las calles, los lugares que frecuentábamos. Aquella cajita de allí, las cartas borrosas, las fotografías, de repente irreconocibles, las canciones que acompañaban nuestros viajes, los paisajes que recogieron horas de pasión y de misterio.

Empezamos a construir nuevos caminos a golpe de machete, pico y pala. Intentando encontrar huecos para respirar y comernos el aire a bocanadas, resquicios por los que escapar, espacios que nos permitan volver a ponernos en pie y seguir caminando.

Lo peor es recoger tanta palabra rota, tomarlas entre dos dedos, y mirarlas asombrados sin reconocerlas, sin saber qué hacer con ellas. Lo peor es comprobar cómo, esas palabras arrastran en su ruina a otras palabras que ya nunca más podrán decirse de la misma manera: Amor, amigo, cómplice, TÚ. Lo peor es no saber dónde y cómo colocar las manos, la sonrisa, el gesto, la postura. Qué sendero coger ahora en esta bifurcación que parece no llevar a ninguna parte.

A veces, como pequeños destellos luminosos, se vislumbran momentos de paz y de sosiego, incluso, a veces, aparecen pequeñas etapas de alegría y en medio del caos se van ordenando solas algunas cosas, recomponiéndose, encontrando su lugar en medio de la nada y te permites el lujo de inventar nuevos horizontes.

Y entonces, una confía en el tiempo, ese sanador que todo lo cura, esperando que ponga las cosas en su sitio, que despeje nieblas y telas de araña, que devuelva el sentido a lo que ahora parece una locura, que cambie de nuevo la mirada, que nos restituya lo que se llevó sin avisarnos así, tan de repente, de forma tan cruel y tan violenta.



Etiquetas: , , ,