18 mayo, 2010

El arte de dibujarte

En algún lecho del golfo de Corimbo, una mujer contempla, a la luz del fuego, el perfil de su amante dormido.
En la pared, se refleja la sombra.
El amante, que yace a su lado, se irá. Al amanecer se irá a la guerra, se irá a la muerte.
Y también la sombra, su compañera de viaje, se irá con él y con él morirá.
Esa noche todavía. La mujer recoge un tizón entre las brasas y dibuja, en la pared, el contorno de la sombra.
Esos trazos no se irán.
No la abrazarán, y ella lo sabe. Pero no se irán.

EN: Espejos: una historia universal
de Eduardo Galeano
Editorial S.XXI

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3 Comments:

At 6:46 p. m., Blogger Unknown said...

Primera visita a tu blog.
Me gusta. Me quedo leyendo.
Un saludo.

 
At 9:11 a. m., Blogger Isabel said...

Gracias Sr. Blanco.
Pasaré a visitar el tuyo.
Otro saludo.

 
At 1:40 p. m., Blogger lavelablanca said...

La sombra que acompaña. No está mal. Los amaneceres son más libres.

Un saludo.

 

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