Efectos secundarios
Desde hace unos días, desde que Daniel, Daniel Casado, apareció por aquí, con su bolsa de lona llena de libros y su voz llena de recomendaciones literarias y musicales, mi vida ya no es la misma.
Compartir este tiempo con él y B. ha tenido importantes "efectos secundarios"
Veamos:
"El campito" ahora es "el campino" (siempre debió llamarse así)
Mi lista de lecturas se ha llenado de ébano y ramas doradas, de grandes cuadernos, de testamentos traicionados y dioses mitológicos.
Mi mente vaga inquieta buscando respuestas al destino que nos espera, a los devenires espirituales y a la decisión de retomar el saxo -cumplir los deseos ahora, no posponerlos-
El chocolate caliente se ha convertido en una bebida fundamental para una buena conversación de madrugada.
Confirmo que hacer de lo que te gusta una pasión, no sólo no es un error, sino que merece ABSOLUTAMENTE la pena.
En mis paseos, la cabeza da vueltas a un proyecto apenas esbozado y que parece llenarse de sentido -tendremos que hablarlo despacio Daniel-
...
Sólo en una cosa me mantengo, por ahora, inamovible:
Si vas a emprender el viaje hacia Itaca,
pide que tu camino sea largo,
rico en experiencias, en conocimiento.
A Lestrigones y a Cíclopes,
al airado Poseidón nunca temas,
no hallarás tales seres en tu ruta
si alto es tu pensamiento y limpia
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.
A Lestrigones ni a Cíclopes,
ni al fiero Poseidón hallarás nunca,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no es tu alma quien ante ti los pone.
Pide que tu camino sea largo.
Que numerosas sean las mañanas de verano
en que con placer, felizmente
arribes a bahías nunca vistas;
detente en los emporios de Fenicia
y adquiere hermosas mercancías,
madreperla y coral, y ámbar y ébano,
perfumes deliciosos y diversos,
cuanto puedas invierte en voluptuosos y delicados perfumes;
visita muchas ciudades de Egipto
y con avidez aprende de sus sabios.
Ten siempre a Itaca en la memoria.
Llegar allí es tu meta.
Mas no apresures el viaje.
Mejor que se extienda largos años;
y en tu vejez arribes a la isla
con cuanto hayas ganado en el camino,
sin esperar que Itaca te enriquezca.
Itaca te regaló un hermoso viaje.
Sin ella el camino no hubieras emprendido.
Mas ninguna otra cosa puede darte.
Aunque pobre la encuentres, no te engañará Itaca.
Rico en saber y en vida, como has vuelto,
comprendes ya qué significan las Itacas.
Tendrás que convencerme mejor ;-)
Etiquetas: diario
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