10 enero, 2008

De nuevo aquí...

Para levantarme a punta de día (aún de noche), para contestar a un teléfono enloquecido, para resolver mil y una propuestas de trabajo, para inventar y disfrutar de nuevas programaciones: camino de la lengua, leyendas, talleres de ilustración, conciertos de flamenco o bossa nova...
Para encontrarme con los amigos y volver al cine-forum, organizar una cena alemana de arenques y patatas, hacer tertulias interminables, dar largos paseos por un río envuelto en niebla arrastrada por la correa de Jara.
Para disfrutar haciendo fotografías imposibles, para el curso de cocina japonesa, para leer en portugués a Alice vieira, para podar los árboles del jardín, para escuchar el saxo de Stan Getz y la trompeta de Miles Davis, y el piano de Oscar Peterson y la voz de Patricia Barber o de Cesaria Evora y la guitarra de Cañizares o de Pepe Justicia.
De nuevo aquí para irme por los tejados, ver la puesta de sol por Portugal, escuchar los admirados OH!! cuando se encienden al atardecer las luces de la Plaza, subir dormida al autobús, acurrucarme bajo las mantas, tomar té blanco (si es Limpton), regar las macetas, encender un cigarrillo, comer bizcocho de nueces.
Para leer la "Historia del llanto" de Alan Pauls, "Ciencias morales" de Martin Kohan, "Vida y destino" de Vasili Grossman, el "Manual del distraído" de Alejandro Rossi (ya lo acabo Daniel).
De nuevo aquí...

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