María

Andas por ahí y yo siempre te imagino viajando.
Recorriendo infinitas carreteras de Telma y Louise, o frente a las playas azules de una ciudad de concursos televisivos.
Algunas veces me cuentas historias. Cosas que te suceden, que para la mayoría pasarían desapercibidas y que tu conviertes en relatos fantásticos en los que todo es posible.
Es lo que sucede con algunas miradas. Que son capaces de ver más allá de las puertas y los muros.
Es lo que sucede con algunas almas. Que vuelan por encima de chimeneas, antenas y tejados para llegar a desiertos y volcanes, para sentarse debajo de un baobab o encaramarse a la punta de una pirámide.
Tú siempre has tenido esa mirada y ese alma. Viajera curiosa de la vida.
Remontas mil veces adversidades e infortunios y vuelves a sonreir como tal cosa , y aprovechas la tristeza para marcarte un relato con nombre de mujer.
Me gusta oirte hablar las pocas veces que te veo, y que me cuentes tu última aventura que yo revivo contigo a través de tus palabras.
Y siento que a veces estés triste, como si las dos no supieramos que esa clase de tristeza es sólo privilegio de unos pocos.
A veces te imagino o te recuerdo. Podría dibujar el perfil de tu interior con lo que sé de ti, sin casi miedo a equivocarme.
No sabes cómo me alegra saber que andas por ahí...
aunque yo te imagine siempre viajando.

Me pedías añadir la dirección. También lo haré.