La vida sigue
Alguien desaparece para siempre y el mundo sigue como si nada.
Hasta la gente que más lo querían, vuelve -aunque sea arrastrándose- a sus ritos cotidianos: se incorporan de la cama, se duchan, se visten, desayunan y caminan a su lugar de trabajo.
La bolsa sube o baja, según la tendencia del día. Los políticos continúan gritándose improperios o echándose la culpa, el mercado abre puntualmente sus puertas.
El panadero recibe el pan de la tahona y hay gente llenando las cafeterías envuelta en un olor a café y a cigarrillo.
Se oyen las risas de los niños en los patios de los colegios, los ancianos pasean por los parques y las ambulancias hacen sonar sus sirenas camino del hospital.
Los albañiles trabajan en la zanja que abrieron ayer, el farmacéutico pega cuidadosamente un cartoncito en una receta y hay un obrero con una señal de STOP y un enorme bostezo en alguna carretera en obras.
La vida sigue como si nada hubiera pasado.
Poco importa quién era, qué hizo, a qué se dedicaba, qué huecos deja su ausencia. La vida sigue como si nada, demostrándonos lo prescindible que somos, arrollando soberbias y orgullos, rompiendo diferencias, colocándonos en el mismo lugar a todos.
Etiquetas: Amy Macdonald, diario
2 Comments:
Es un pensamiento que pasa muy a menudo por mi cabeza,... lo prescindibles que somos,... cómo continúa la vida pase lo que pase,...
Un saludo. ESTHER
Afortunadamente... continúa. Quizás lo que debamos plantearnos es nuestra forma de vida a partir de esa reflexión.
Un abrazo
Isabel
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